Danny Miguel Alves Gomes se siente muy venezolano. Su acento caraqueño lo delata.
Fue el último en salir por la zona mixta luego del empate de su selección, Portugal, con Brasil en Durban. No dio declaraciones hasta que se advirtió la presencia de un medio de su país de origen. Se detuvo y su rostro cambio por completo. "Para Venezuela lo que sea", fue lo primero que dijo con una sonrisa en el rostro.
"Yo defiendo con mucho orgullo a la selección de Portugal. Pero sí. Soy el primer venezolano que juega un Mundial y eso me hace feliz", explicó ya con más paciencia. Mientras otros medios intentaban hacerle preguntas en portugués, él seguía hablando en español. "Me llena mucho el apoyo de la gente en Venezuela.
Muchos me mandan mensajes de aliento por el Facebook, deseándome suerte con Portugal en la Copa del Mundo aun y cuando no fue posible jugar por la Vinotinto", agregó.
"Igual, soy un venezolano más que desea que la selección del país clasifique. Quiero verlos en el próximo Mundial", atinó a decir mientras se olvidaba que otro gran número de medios, de otros países, querían sus declaraciones en portugués.
Danny Miguel Alves Gomes nació en Caracas en 1984. Formado futbolísticamente en el Santo Tomás de Villanueva, fue el miembro más brillante de una generación que aportó jugadores como Allan Liebeskind, Phillipe Esteves, Leo Bautista y Miku Fedor. "Por Nico (Fedor) pregunté mucho.
Me han dado grandes referencias. Por ejemplo, el "Chori" Domínguez me habló maravillas de él. Creció muchísimo en el Valencia y ahora en el Getafe lo demuestra.. Ese es el tipo gente que necesitamos en Venezuela. Esos que nos llevarán a un Mundial pronto. Cada día salen más y mejores jugadores.
Y yo me siento muy orgulloso", indicó Alves con sentido de pertenencia.
Este extremo debutó como profesional con el Marítimo de Madeira, y cuya carrera futbolística tuvo como punto fuerte en 2008, cuando fue fichado por el Zenit ruso y ganó la Supercopa de Europa de ese año. También esa temporada se estrenó como internacional portugués.
"Volver a Venezuela sería un sueño para mí", enfatizó el delantero mientras cerca de él se formaba una marabunta de periodistas que esperaban entrevistar a Cristiano Ronaldo.
"Eso es algo que pasa por mi cabeza siempre. Volver a casa.
Vamos a ver como se dan las cosas en un futuro a ver si lo podemos hacer realidad", argumentó Alves, mientras apuraba un café. Tiene una férula en la mano derecha por una fisura en el pulgar.
"Eso no es tan grave como el golpe que me dio Julio César (portero de Brasil) en la pierna.
Me van a revisar a ver que tengo", advirtió ya mientras el jefe de prensa de la selección lusa le instaba a abordar el autobús.
Se despidió afectuosamente y prometió que la conversación se repetiría en una instancia superior del Mundial.
"Lo siento", le dijo al encargado de medios de la escuadra portuguesa. "Le daba una entrevista a un medio de mi país".
Fue el último en salir por la zona mixta luego del empate de su selección, Portugal, con Brasil en Durban. No dio declaraciones hasta que se advirtió la presencia de un medio de su país de origen. Se detuvo y su rostro cambio por completo. "Para Venezuela lo que sea", fue lo primero que dijo con una sonrisa en el rostro.
"Yo defiendo con mucho orgullo a la selección de Portugal. Pero sí. Soy el primer venezolano que juega un Mundial y eso me hace feliz", explicó ya con más paciencia. Mientras otros medios intentaban hacerle preguntas en portugués, él seguía hablando en español. "Me llena mucho el apoyo de la gente en Venezuela.
Muchos me mandan mensajes de aliento por el Facebook, deseándome suerte con Portugal en la Copa del Mundo aun y cuando no fue posible jugar por la Vinotinto", agregó.
"Igual, soy un venezolano más que desea que la selección del país clasifique. Quiero verlos en el próximo Mundial", atinó a decir mientras se olvidaba que otro gran número de medios, de otros países, querían sus declaraciones en portugués.
Danny Miguel Alves Gomes nació en Caracas en 1984. Formado futbolísticamente en el Santo Tomás de Villanueva, fue el miembro más brillante de una generación que aportó jugadores como Allan Liebeskind, Phillipe Esteves, Leo Bautista y Miku Fedor. "Por Nico (Fedor) pregunté mucho.
Me han dado grandes referencias. Por ejemplo, el "Chori" Domínguez me habló maravillas de él. Creció muchísimo en el Valencia y ahora en el Getafe lo demuestra.. Ese es el tipo gente que necesitamos en Venezuela. Esos que nos llevarán a un Mundial pronto. Cada día salen más y mejores jugadores.
Y yo me siento muy orgulloso", indicó Alves con sentido de pertenencia.
Este extremo debutó como profesional con el Marítimo de Madeira, y cuya carrera futbolística tuvo como punto fuerte en 2008, cuando fue fichado por el Zenit ruso y ganó la Supercopa de Europa de ese año. También esa temporada se estrenó como internacional portugués.
"Volver a Venezuela sería un sueño para mí", enfatizó el delantero mientras cerca de él se formaba una marabunta de periodistas que esperaban entrevistar a Cristiano Ronaldo.
"Eso es algo que pasa por mi cabeza siempre. Volver a casa.
Vamos a ver como se dan las cosas en un futuro a ver si lo podemos hacer realidad", argumentó Alves, mientras apuraba un café. Tiene una férula en la mano derecha por una fisura en el pulgar.
"Eso no es tan grave como el golpe que me dio Julio César (portero de Brasil) en la pierna.
Me van a revisar a ver que tengo", advirtió ya mientras el jefe de prensa de la selección lusa le instaba a abordar el autobús.
Se despidió afectuosamente y prometió que la conversación se repetiría en una instancia superior del Mundial.
"Lo siento", le dijo al encargado de medios de la escuadra portuguesa. "Le daba una entrevista a un medio de mi país".
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