Messi, el mejor futbolista del planeta, se fue del Mundial sin anotar un sólo gol, el golpe más duro de su carrera.
La de hoy es la mayor goleada que encaja Argentina en un Mundial desde el 4-0 ante Holanda el 26 de junio de 1974 en el Parkstadion de Gelsenkirchen.
El partido llegaba precedido de tres días de provocaciones verbales por parte de los alemanes, pero en el notable Greenpoint Stadium de Ciudad del Cabo casi no hubo tiempo para palabras. Bastian Schweinsteiger, el gran “provocador”, se encargó hoy de impulsar a su equipo con fútbol e inteligencia, apoyado por jóvenes compañeros entre los que destacó el talento de Müller, de sólo 20 años

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