sábado, 18 de junio de 2011

Volvemos A las Publicaciones Con malas Noticias: River

River Plate quedó condenado a jugar la promoción por un descenso al Nacional B, al caer como local 2-1 con Lanús en la 19ª y última fecha del torneo Clausura de fútbol de primera división.
Con los resultados ajenos (Olimpo 1 - Quilmes 0 y Argentinos Juniors 1 - Tigre 1), River estaba obligado a ganar para acceder a un desempate con los bahienses y los de Victoria, pero la caída lo condenó a jugar la promoción ante Belgrano de Córdoba.
El partido de ida se llevará a cabo el miércoles 22 en Córdoba, en tanto la revancha será el domingo 26 en el estadio Monumental: en caso de igualdad de puntos y goles, River permanecerá en la Primera División por la ventaja deportiva.
Esta condena, evidente arrastre o acumulación de tres años de desaciertos dirigenciales y deportivos (los anteriores, los actuales), se consumó con la derrota de esta tarde ante Lanús en el propio Monumental: un partido cargado de tensión en el que los jugadores de River apenas si pudieron con sus piernas.
Silvio Romero, a los 30 minutos del primer tiempo, y Leandro Díaz, a segundos de finalizar el partido, marcaron los goles del equipo de Gabriel Schurrer; Erik Lamela, a los tres minutos del complemento, había igualado para los de Juan José López.
La jornada final mandó a River a la promoción y a Quilmes al descenso directo: la otra "promo" y el otro pasaje derecho a la B Nacional se decidirá en un desempate entre Huracán (el sábado perdió con Independiente 5-1) y Gimnasia y Esgrima La Plata (2-2 con Boca).
Todo el nerviosismo acumulado en los últimos tiempos se hicieron carne en la jornada del sábado, especialmente durante los 90 minutos y pico que River jugó contra Lanús.
El equipo bonaerense, que había perdido la chance de pelearle el título a Vélez en la fecha anterior, jugó con tranquilidad e inteligencia: circulación de pelota, prolijidad en el traslado, firmeza en la defensa y aprovechamiento de los espacios.
En ese período inicial surgieron las figuras de Pelletieri, Camoranesi, Regueiro, Pizarro y Romero, que puso el 1-0 con un lindo gol desde afuera del área.
El gol de Lamela apenas iniciado el complemento parecieron revitalizar las ilusiones del local, que se fue decididamente en busca de la victoria con el manejo del propio enganche, las proyecciones de Ferrari por derecha y el ímpetu permanente de sus delanteros, Mariano Pavone y Leandro Caruso.
Y tuvo, River, algunas opciones de ponerse adelante en el marcador: lo tuvo Caruso y lo erró, lo tuvo Pavone y lo erró, lo tuvo Lamela y lo erró. Cuando la desesperación ya era notoria y el partido se consumía, Leandro Díaz, ingresado en el segundo tiempo, aprovechó uno de los pocos ataques de su equipo y puso el 2-1.
La esperanza de los segundos finales quedaron débilmente sostenidas por las noticias que llegaban de Quilmes. Pero el milagro no sucedió: Olimpo ganó y River quedó condenado, sumido en un silencio hiriente, hundido en la página más triste de su vida.

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