En Margarita se pudo percibir la indignación de las personas con las que conversamos sobre el CAR: “Cuando dijeron que iba a ser estrenado, mi hijo era un muchachito que jugaba para la Selección de Nueva Esparta. Ya es un hombre y todavía ese centro está en construcción”, comentó un taxista de la isla. “Decían que esas instalaciones se las iban a poder alquilar al Milan. Eso es un desastre lo que pasa allá adentro. Los trabajos se paran a cada rato, uno se entera”.
Una señora mayor, que tiene su casa a unos 300 metros del CAR, dijo sentirse ofendida y engañada por el retraso de las obras. “El presidente Chávez dijo que eso iba a impulsar el desarrollo del deporte en la isla y que se iban a jugar partidos de la selección, cosa que después supimos que era mentira”.
En nuestras visitas al CAR no hemos hablado con una persona que se ponga del lado de la FVF. Quienes se someten a la exposición pública reciben críticas de todo tipo, pero el presidente de la FVF debería evaluar por qué la mayoría lo rechaza, por qué no puede ingresar a los estadios sin ser abucheado. Y las pitas no son solo por los más de 20 años que tiene en la silla presidencial, sino por la gestión que ha desarrollado. En febrero Esquivel admitió que se lanzará una vez más a la reelección, cuando culmine su periodo actual en 2013.
En la última entrega faltó mencionar que las gradas de la cancha principal del CAR las comenzaron a pintar de vinotinto y la garita de seguridad en la entrada ya está construida. Este punto es obvio, pues ahí están los vigilantes que intentaron -en vano- impedir nuestro ingreso a las instalaciones.
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